martes, 20 de noviembre de 2007

JESUS EL TESORO ESCONDIDO

: Déjate mirar por Jesús
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De: Alias de MSNGalilea7771 (Mensaje original)Enviado: 19/11/2007 8:25

DÉJATE MIRAR POR JESÚS

Un rey ofreció un premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. De todas las pinturas escogió dos. La primera era un lago tranquilo, donde se reflejaba el cielo y las montañas. La segunda representaba unas montañas escabrosas en las que se descargaba un impetuoso aguacero.


Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, él miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido…


El Rey escogió la segunda, porque, según el Rey “Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Ese es el verdadero significado de la paz”.


Los sentidos son importantes, para conseguir la paz y para encontrarse con el Señor. Según se usen bien o mal, pueden acarrear la felicidad o la desgracia. Entre los sentidos está el oído y la vista. Para tener paz, para encontrarse con el Señor, necesitamos tenerlos bien limpios y afilados.


Jesús es el Rey de la paz y el que lo acepta, consigue vivir en paz. El mismo dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” ( Ap 3, 20).


Cristo llama a nuestra puerta. Él quiere ser nuestro amigo, nuestro señor, nuestra fuerza y nuestra vida. En abrir o cerrar la puerta al Señor está el todo, pues si por miedo, por comodidad, por tener el oído ocupado en otras cosas no le abrimos, podemos privarnos de escuchar su mensaje, de gozar de su presencia. Claro, el dejarle entrar es un riesgo, ya que su presencia, al mismo tiempo que es engendradora de vida, es comprometedora.


A Pedro le habían enseñado a montar en bicicleta, a usar bien la vista. Sólo le habían dicho una regla: “mira adelante y pedalea”. Y Pedro lo hizo y le fue muy bien.


Santa Teresa de Avila recuerda cómo es la mirada de Jesús: “Mira que te mira amorosa y humildemente”. Él siempre mira con amor y te ama y te acepta como eres. Y mientras cierras los ojos puedes quedarte en silencio o repetir estas frases:


“A quien iremos; tú tienes palabras de vida…”.


“El Señor es mi luz y mi salvación…, ¿a quién temeré…? El Señor es la defensa de mi vida…, ¿quién me hará temblar…?


Hablamos de un Jesús Salvador al que apenas conocemos, amamos, sentimos y vivimos. Hablamos de un Jesús camino, luz, y vida, que aún está muy lejos de ser nuestro camino, nuestra luz y nuestra vida.


“Me llamáis Luz, y no me creéis.
Me llamáis Camino, y no me recorréis.
Me llamáis Vida, y no me deseáis.
Me llamáis Señor, y no me servís”. (Inscripción mural en la catedral de Lübeck, Alemania).


Jesús es la Paz, el Camino, la Verdad y la Vida. Quien lo acepta y recibe, quien le abre la puerta de su corazón, conseguirá la paz, la verdad y la vida.


Fr. Eusebio Gómez Navarro, OCD







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