El 25 de mayo de 1993, el entonces presidente de Guatemala, Jorge Serrano, perpetró un autogolpe de Estado, por medio del cual dejó en suspenso más de 40 artículos de la Constitución, decretó la disolución del Congreso y removió a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) y de la Corte Suprema de Justicia, así como a los procuradores General y de Derechos Humanos.
El mismo día del autogolpe, conocido como “serranazo”, la CC declaró ilegítimas e inconstitucionales las Normas Temporales de Gobierno, emitidas por Serrano. Asimismo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no accedió a la petición de Serrano para convocar a elecciones legislativas. El 1 de junio Serrano fue derrocado y exiliado por los militares con el consentimiento de EE.UU., de la Unión Europea (UE) y de la OEA, presidida por el brasileño Joao Baena Suárez. Acto seguido, el Congreso eligió a un sustituto, Ramiro de León Carpio, quien terminó el respectivo período presidencial.
Por su parte, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en contravención a lo resuelto por el TSE, organizó e intentó implementar un referéndum con el objetivo de convocar una asamblea constituyente que reformara el precepto constitucional que prohíbe la reelección presidencial. Esta decisión podría denominarse “zelayazo”, ya que el Artículo 239 de la Constitución de Honduras dispone que: “El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública”. En virtud de que el presidente de Honduras no goza de la prerrogativa del derecho de antejuicio o de desafuero, Zelaya fue desconocido como presidente y los tribunales de justicia iniciaron persecución penal en su contra. Asimismo, el 28 de junio de este año fue depuesto y exiliado por los militares. Sin embargo, esta vez la OEA, presidida por José Miguel Insulza, EE.UU. y la UE no consintieron la sustitución de Zelaya por Roberto Micheletti.
Serrano y Zelaya (elegidos popularmente) violaron la Constitución. En ambos casos, los tribunales condenaron la violación, el gobernante fue depuesto y el Congreso eligió un nuevo presidente. La diferencia es que la sucesión presidencial guatemalteca fue reconocida internacionalmente, en tanto que la hondureña no. ¿Por qué? ¿Doble moral? ¿Hegemonía chavista?
martes, 29 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
ZELAYA Y CHAVES SEGUIRAN FASTIDIANDO A HONDURAS, SOLO SI CON FIRMEZA LE VAMOS MINANDO A LOS VIOLENTOS CONSEGUIREMOS QUE UN GRAN PAIS SALGA ADELANTE, ANIMO HONDURAS, ZELAYA YA ES HISTORIA Y PARA EL MUNDO NO CUENTA, AUNQUE OS ESTE HACIENDO DAÑO, EL NO CUENTA. NECESITAIS UN GOBIERNO FUERTE Y CONTUNDENTE, Y CON LAS IDEAS CLARAS.
Publicar un comentario